viernes, 7 de noviembre de 2008

¿POR QUÉ DEBERÍA FUNCIONAR LA COOPERACIÓN?

Todos hemos sigo testigos en múltiples ocasiones de los problemas típicos del trabajo en grupo: uno se aprovecha del trabajo de los otos, no falta alguien que “flojea” y deja a los demás sin apoyo, se forman sub-grupos que se guardan animadversión mutuamente, etc., etc. ¿Por qué deberían funcionar entonces los equipos de trabajo cooperativo?

En realidad, existe un por qué, pero más importante aun es el cómo.

Por qué: porque trabajando en equipos cooperativos los estudiantes realmente aprenden más y aprovechan mejor sus asignaciones, cursos y tareas en general.

Cómo: Este es el punto más importante para nosotros como docentes.

Para que los grupos de aprendizaje cooperativo funcionen deben darse cinco condiciones básicas:


Interdependencia positiva

Los miembros del grupo deben tener una fuerte conciencia de unidad: si uno falla, todos fallan. Para lograr esta interdependencia positiva, usted estructura el objetivo de aprendizaje como una tarea común, indica escrupulosamente los objetivos esperados y los criterios con que serán evaluados, especifica que cualquier miembro del grupo debe estar en capacidad de sustentar el trabajo y asigna roles al interior del mismo (desarrollaremos esto más adelante).


El compromiso individual

Los miembros del grupo deben saber que se evaluará el aprendizaje de cada uno de ellos y que se entregará información sobre el mismo a todos los miembros del equipo. Al saber que todos son responsables por el seguimiento del aprendizaje de cada uno, cada individuo se motivará para estar siempre “al día” con los avances del grupo.


El trabajo en clase

La mayoría de los grupos de trabajo que se forman en la escuela hoy en día son, realmente, grupos virtuales, en los que los alumnos se dividen las tareas y luego cada uno hace “su parte” en casa, sin enterarse jamás de cómo están haciendo las cosas los otros miembros del grupo. Para reforzar el sentido de interdependencia usted necesita que sus estudiantes interactúen cara a cara frecuentemente, es decir, que realmente trabajen juntos. Sólo así formarán un grupo verdadero y serán una entidad social. Los estudiantes necesitan aprender y poner en práctica las habilidades sociales que sólo se producen en las situaciones de interacción.


Habilidades sociales

Por supuesto, al momento en que los estudiantes empiecen a trabajar juntos se pondrá en evidencia que existen algunos más hábiles para manejar sus interacciones con los compañeros que otros; esta situación puede ser el origen de una dinámica grupal cada vez más pobre, a menos que usted tome cartas en el asunto y se asegure que todos aprendan habilidades sociales apropiadas (asertividad, escucha activa, hacer peticiones, defender con firmeza los propios puntos de vista, negociación y mediación). Mejor aun, usted puede asegurar estos objetivos haciéndolos parte de los criterios mediante los cuales serán evaluados los grupos (por ejemplo, usted puede decir al grupo que estará observando la participación de los miembros y que es responsabilidad del grupo asegurarse de que todos participen todo el tiempo).


Autoevaluación de la dinámica grupal.

Mientras el trabajo en grupos está en marcha, los estudiantes necesitan recibir información que les de una clara idea de cómo está yendo su dinámica colectiva. Necesitan celebrar sus logros y hacer ajustes que faciliten la interacción entre ellos. Un buen ejemplo de esto consiste en terminar cada lección con una breve autoevaluación del equipo, analizando cuáles fueron las cosas que sus miembros hicieron mejor juntos ese día y cuáles se proponen mejorar el día de mañana.

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